martes, agosto 29, 2006

Etica y Sociedad

BOLETIN Nº 9. TALLERES ETICA Y SOCIEDAD El boletín Nº 8 se entregó en el Foro Social por la Democracia como “El movimiento hacia la participación”, fue comentado favorablemente por algunas organizaciones y publicado por otras a través de Internet. Agosto, 2006 El texto que aportamos aquí fue escrito por un colectivo de Santiago. Describe aquello que compartimos. La Revolución es ahora. La comprensión del Tiempo presente. La puesta en práctica de nuestros valores, de nuestras creencias, en todos los niveles para disfrutar los frutos del ser planetario. En la foto. Pensamientos que crean realidades y realidades que son para ser disfrutadas cuando colocamos el Tiempo en orden. HACIA UNA POLÍTICA HOLISTICA DE ESPECIE HUMANA. Eduardo Yentzen (del Utopista Pragmático) comenta en el último Nº de la revista Uno Mismo sobre el pensamiento complejo, explicando que una misma cosa puede ser más que de una sola manera, incluso puede ser de maneras opuestas. El psiquismo se inclina a negar el aspecto no-dominante, pues no lo identifica como parte de su identidad. Esta simplificación se toma por realidad y aplastamos interiormente a algunos aspectos de nuestro ser que nos parecen contradictorios. Nos identificamos con los rasgos de personalidad tradicionales en los cuales hemos sido educados durante milenios, es decir, el autoritarismo y el afán de dominación. Pero, no sólo desechamos nuestro interior afectuoso, desprendido y solidario que todos tenemos, sino que también proyectamos esta represión hacia el exterior, aplastando a los supuestos “enemigos”. Por lo tanto, esta simplificación sirve de base a la intolerancia, al fanatismo, al fundamentalismo religioso, a creerse dueño de la verdad, a plantear que nuestra labor política consiste en “crear conciencia”, en “iluminar” al pueblo enajenado, a desarrollar un partido que sea la conciencia no enajenada del proletariado (partido comunista) o de la nación (partido fascista) y a destruir al enemigo de clase, de la patria o de la religión. Los resultados históricos de esta simplificación han sido desastrosos para el pueblo que se pretendía defender. En un siguiente ciclo histórico puede que el aspecto que fue subordinado se alce como dominante en la vida interna o en la vida externa, manifestada en el campo económico, político, social, religioso o militar. El término de este dualismo se alcanza cuando aceptamos el derecho a existir de nuestros diferentes personajes interiores y también de los exteriores. Cuando el yo patriarcal y sus instituciones económicas, políticas, sociales o religiosas se ven obligados a aceptar la genuina participación de sus componentes internos y externos. Así, el movimiento de la humanidad hacia la participación no responde a los intereses de un solo sector en particular, tampoco a una ideología o algún nuevo mito, con los que muchas veces las minorías han dominado al todo social. Se trata de una política amplia y holística de especie humana. Tiene como base biológica la especificidad de la respuesta de cada ser humano frente a los mismos desafíos. La comunicación permanente y libre de los resultados de esta riqueza de la capacidad innovadora lleva al progreso incesante y acelerado. La participación real y ordenada debe resultar en un proyecto común en la cual todos nos sintamos acogidos como partes importantes de una construcción solidaria, que da sentido a nuestra existencia. Este proceso puede generar miles de pequeños cambios que van produciendo grandes reformas en distintos niveles. La acumulación de estas reformas, producto a su vez de la suma de visiones diferentes, constituyen una verdadera revolución, sustentable en las inmensas potencialidades del ser humano. La participación incluye el poder de los individuos como consumidores, es decir, como mercado, pero lo trasciende en cuanto provoca la interacción de los componentes de la tecno burocracia entre sí y con los entes del poder del pueblo organizado, no sólo a través de los representantes políticos sino también como poder social constituyente. Es la democracia representativa complementada con la democracia participativa. La indignación frente a la injusticia es la respuesta lógica ante la intuición de que el ser humano y sus instituciones pueden ser diferentes, no sólo de una manera, y que el cambio es siempre posible. Al vivir la visión más holística de nuestro interior, las expresiones de cambio social dejarán de ser una ilusión que se reproduce permanentemente al rechazar una parte del yo y del todo social que lo proyecta.

No hay comentarios: