jueves, julio 20, 2006

La leyenda de la coca

Se viene Se viene Se viene Se viene Se viene Se viene Se viene Se viene Se viene la fiesta protesta fiesta propuesta fiesta. Mañana, semilla solar amarilla - viernes 21 de Julio. Parque Cultural de la Paz Excárcel de Valparaíso. Cerro Cárcel Arriba de la subida Cumming que parte en la plaza Aníbal Pinto de Valparaíso. Leyenda de la Coca. Los sabios hombres que miran más allá del resto de su pueblo cuando llegan los malos tiempos, el invierno, son recogidos por Dios como semillas buenas para sembrar en ellos. Y a través de ellos en los hombres, los alimentos que corresponden a la nueva era a vivirse. Alimentos para el cuerpo y para el espíritu. Pues el espíritu se nutre de conocimiento, de conciencia. Así cuando el conquistador del norte envuelto en sus hierros, vino a conquistar un ser, un pueblo nacido en el Ande, en las montañas templos naturales a Dios, un escogido entre los sacerdotes en un atardecer rojo sangre escuchó la voz interna del que habla así: Amo mucho a mi hijo, a tu pueblo porque obedeció mi mandato y se mantuvo puro. También por eso lo doté de mucha sabiduría; pero ahora el resto de mi rebaño allende tu mundo ha llegado. No solo en cuerpo, también en espíritu. Por eso tus hermanos están peleando entre ellos. Los buscadores de oro ya están aquí para oprimir el corazón y clavar sus espinos de hierro en la carne. Pero no debes olvidar que el dolor es el receptáculo de la felicidad, ella penetra en el corazón por el camino que ha abierto el dolor. Los tiempos que tocan vivir son esos. Cavarás en el corazón de la tierra tu camino como el gusano hace para sacar el oro y la plata (dioses de barro que ha construido el hombre). Pero en el fondo de esa búsqueda hallarás las tinieblas y te perderás en ellas y eso te hará ansiar la luz que quedo atrás. Así mientras más desciendan más ansias tendrán de subir y podrán llegar a mi. La pureza de tu corazón me ha conmovido y por eso, para luchar contra la tiniebla que yace en el fondo de la Pachamama para soportar el frío, el hambre y la tristeza de los corazones separados de tu padre, te daré un regalo para tus hermanos. Sube a aquel alto cerro donde encontrarás una pequeña planta, pero de mucha fuerza. Guarden con amor sus hojas y cuando sientan dolor en su corazón, hambre en su carne y oscuridad en su mente... llévenlas a su boca y con dulzura extraigan su espíritu que es parte del mío. Obtendrán amor para su dolor, alimento para su cuerpo y luz para su mente. Y aún más... observa el baile de esas hojas con el viento y obtendrás respuestas para tus preguntas. Pero si tu verdugo llegado del norte, el conquistador blanco, el buscador de oro la tocara, sólo encontrará en ella veneno para su cuerpo y locura para su mente. Porque su corazón está tan endurecido como su espada y su vestido de hierro. Y cuando la COCA, que es así como la llamarás, intente ablandarlo, sólo logrará romperlo como los cristales de hielo formados de las blandas nubes que destruyen las rocas y demuelen las montañas. Antonio Díaz Villamíl

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